agosto 27, 2011

Mañana


Impresiones, alucinaciones, pasiones y deseos. He confesado en repetidas ocasiones lo que siento, tanto que comienzo a pensar en retirarme del negocio por sanidad mental.
No lo creo.
Podré negarlo y fingir que no me interesa, pero se ha vuelto un tanto inevitable.
Absurdo. Cursi. Totalmente estúpido.
Dice Cortázar que las mañanas sirven como pizarras, para crear e inventar. Yo me inventaría un “Hola” dirigido a mí y lo pondría en tu boca.
Sin embargo, no es amor. Eso queda más que claro. Sólo diré que estoy encandilada. Ésa (igual que ortodoxo) es una bonita palabra.

Y para aclarar, según la RAE:
Encandilar.
1. tr. Deslumbrar acercando mucho a los ojos el candil o vela, o presentando de golpe a la vista una cantidad excesiva de luz. U. t. c. prnl.
2. tr. Deslumbrar, alucinar, embelesar. U. t. c. prnl.
3. tr. Dicho de una bebida o de una pasión: Encender o avivar los ojos. U. m. c. prnl.
4. tr. Despertar o excitar el sentimiento o deseo amoroso. U. t. c. prnl.
5. tr. coloq. Avivar la lumbre. U. t. c. prnl.
6. prnl. Cuba y P. Rico. enfadarse.

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agosto 23, 2011

Aracnicidio


Parece una película de terror a plena luz de día. No hay sierras eléctricas ni casas embrujadas. Tampoco personajes deformes o brujas malévolas. Sólo patas, ojos y colmillos, elementos suficientes para alterar a más de una persona.


Ariadna se encuentra recostada en su cama, escucha música mientras hojea uno de sus libros favoritos. Un movimiento sobre la colcha atrae su atención. Levanta la mirada y queda inmóvil.
El “bicho” se detiene repentinamente. Extiende sus ocho patas, como si aguardara el ataque del enemigo. Los ojos de la araña parecen tener brillo propio y sus colmillos empiezan a moverse rápidamente, como si se prepararan para morder a su presa.
Baja despacio el libro e intenta levantarse aunque tiene miedo. Sus ojos se llenan de lágrimas pero las contiene. En ese momento el insecto reanuda su camino hacia ningún lugar, ella suelta un grito y se incorpora sin pensarlo demasiado.
La araña se vuelve a detener mientras Diana piensa en un plan para eliminar al insecto. Aplastarlo sería lo más fácil, pero ella odia el crujido producido al hacerlo. Dejarla ir sería peligroso pues quizá regresaría o la podría encontrar entre sus zapatos o un lugar similar.
Desafortunadamente —para ella— la casa se encuentra vacía. Sólo es la araña y ella. Ni mamá ni papá pueden ayudarla, por ello debe tomar una decisión.


Cerró los ojos. Inhaló y exhaló. Sintió como sus latidos se regulaban y su respiración se tranquilizaba. El escalofrío en su cuerpo al ver ese insecto y la ansiedad de no saber cómo deshacerse de él desaparecía poco a poco, aunque su piel permanecía alerta, incluso a la más leve corriente de aire.
La araña había muerto. Ella no había tenido piedad al rociarla con un poco de insecticida. Cayó y quedó inmóvil, para siempre.

agosto 04, 2011

Impulso nocturno


¿Perfección? Eso no es más que un cuento de hadas, de esos que las películas de Barbie se encargan de difundir. No es más que una utopía como las que todos pretenden alcanzar por lo menos una vez en su vida, razón por la cual se justifican diversas acciones que, por lo general, sólo frustran o hacen madurar a una persona (en el mejor de los casos).

Finalmente creo haber entendido por completo eso y no fue de la manera más delicada pero al menos me queda la seguridad de que no tropezaré con la misma piedra.

No tengo qué más escribir porque hoy no existe una conexión (metafóricamente hablando) entre mi lado emocional y el racional. 
Sin embargo he actuado algunas horas por impulso y no me ha salido tan mal, quizá deba dejar que fluya más esa parte de mí.

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agosto 01, 2011

On the road









Without your eyes I have no more than the sky...









Being in your arms was like being in the clouds. Shame about the ephemeral nature of them...



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Sabor a...

Me dejaste el sabor a despedida en la boca.

El recuerdo de nuestro último beso se ha desvanecido con los segundos al igual que el calor que me daban tus brazos.

Nuestro primer beso, como todos los anteriores, intacto. Lugar, día, hora, emoción y sabor. Es inevitable no recordar esas cosas aunque —confieso— resulta molesto cuando todo se esfuma, cuando la ausencia duele y lo único que queda es el recuerdo de lo que fue y no volverá a ser.

Ya no busco explicaciones ni pretendo entender. Es sólo cuestión de olvidar pero como dice Ornelas, contra los pronósticos estás aquí. Aunque a favor de ellos estoy yo con esta ausencia en el alma y el sabor a espera impregnado en los labios.

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